domingo, 31 de octubre de 2010

Doble Frecuencia


Recuerdo cuando decías 88.9 noticias. Te veías tan feliz, pero recordándolo bien tu sólo decías noticias. Lo de 88.9 lo decía otra chica que había entrado contigo y que tenía un tono muy similar. Pero como olvidar aquello. eran la nueva contratación y novedad. Yo te veía desde la cabina de mi estación pegadita a la de transito y clima. Coincidíamos en el mismo horario de 8pm a 12am cada quien en su frecuencia. Ese año tu frecuencia cambió de formato y de locutores, entre esos nuevos, tu. Me alegraste ese año... mi último año en la empresa antes de partir a dedicarme a otra cosa. Jamás te volví a ver, te escuchaba pero no a ver otra vez, supe que también te fuiste de ahí al cumplir tus tres años de antigüedad. Fue entonces cuando de verdad supe que jamás te volvería a ver.

Recuerdo la vez que te quedaste esperando a que yo sacara mi refresco de la maquina de bebidas, fue muy gracioso, estaba nervioso por que tu estabas ahí, y la lata se me resbalaba cada vez que intentaba tomarla. Pero al final la saqué y sólo me limité a mirarte. Después me fui, ya era hora de entrar al aire. Nos topamos en pasillos y salas de juntas. Jamás cruzamos palabra alguna y siempre chocábamos miradas sin lograr sostenerlas. ¡Mucho ritmo! ¡Noticias!

Hace poco escuche tu voz en la radio. Pienso en ti e imagino lo genial que hubiese sido conocerte, tal vez llegar a algo más. Hace unos días planeaba ir a la estación pensando que habías regresado a ella, pero escuche mi propia voz en la estación. ¿Cómo era eso posible? me entere por otro amigo, que retransmitían programas de generaciones pasadas. Sólo significaba una cosa, tú no estabas ahí. Nadie estaba ahí…. ni yo, ni tú, ni viejos colegas y los días que se fueron.

Frecuencias, cortinillas, ondas y señales. La radio jamás volvió a ser la misma. Entraste a su mundo y por consiguiente al mío. Resulta difícil pensar que nunca exististe. Eso dice el doctor. Pero el que sabe de eso. Siempre me hace las mismas preguntas, los mismos gestos y los mismos resultados.

Herzog había terminado de escribir el diario del día de hoy cuando la puerta se abrió. Era el doctor junto con un hombre de traje. Herzog me alegra encontrarte despierto. Dijo el Doctor. Herzog con un gesto de extrañes prestó atención a todo lo que el doctor y aquel extraño hombre hicieran. Herzog ¿sabes a que he venido hoy? - Herzog negó con la cabeza. Herzog este hombre que vez aquí. Es un agente de la radio de la que tanto nos has hablado.

Herzog agarró su almohada y la empezó a apretar. El hombre de traje se acercó a Herzog y le extendió la mano. ¿Así que tú eres el famoso Herzog? El famoso locutor de la noche de Máxima FM- Herzog soltó la almohada y se puso en pie. ¡Ese mismo que usted dice!

El Hombre sorprendido y con una mueca en forma de sonrisa segura, - Mucho gusto Herzog. Yo al igual que tu soy quien dices y afirmas ser. El doctor salió de la habitación dejando a los dos Herzog entablar esta difícil situación , antes de salir echo un ultimo vistazo.- si no fuera por la vestimenta y los cortes de cabello, se juraría que son idénticos, pensó el doctor.

Poco tiempo después. Salió el hombre de traje de la habitación. Y escoltado por el doctor caminaron el pasillo hacia la salida. Jamás creí que un sujeto pudiera tomarse tan enserio una identidad ajena como lo ha hecho aquel paciente. El doctor con una sonrisa en el rostro dijo- Créame hemos tenido muchos casos de personas que se inventan una personalidad distinta a la suya. Herzog es uno de los más famosos pero no de los más graves. ¿Ha notado usted en cuanto supo que usted era el verdadero Herzog trato de tomar e imitar sus mismos movimientos y forma de hablar? El hombre de traje con una sonrisa misteriosa. Sólo asintió –claro que lo he notado, claro que lo he notado. El doctor sólo se limitó a mirar el mal nudo de la corbata del hombre, nudo que antes de entrar a la habitación tenia bien puesta.